El Espíritu de la Selva

9 de agosto de 2015 


En los tebeos de aventuras de nuestra infancia, también tuvimos un Phantom o “fantasma que camina” nacional, al estilo del creado por Lee Falk en 1936 para Norteamérica y el mundo. Aquí se le llamaba entonces El Hombre Enmascarado, leyenda viviente, considerado inmortal por los indígenas y supersticiosos malhechores, y cumpliendo el juramento que hiciera su antepasado 400 años antes, descendiente tras descendiente, dedica su vida a la lucha contra el crimen.



Nuestro héroe nacional se llamó “El espíritu de la selva”, y fue una creación de Juan Antonio de la Iglesia (Tony Lay) en el guión, y López Blanco y Jesús Serrano en el dibujo. Lo lanzó Editorial Maga en el año 1962 en una colección de 90 cuadernillos semanales con portada a color y 12 páginas en blanco y negro, tamaño 21x15 cms.




La historia transcurre en la India, en un pequeño reino llamado Vindyanapur, en tiempos del colonialismo inglés, de rajás y maharajás. Juan Waldo regresa tras cursar estudios en Inglaterra, cuando el tren es asaltado por salteadores de trenes, siendo auxiliados por el hombre conocido por “El Espíritu de la Selva”. Viste botas, pantalón de explorador, una camiseta ceñida de manga corta con una serpiente grabada en el pecho, guantes y va tocado por un turbante; aunque porta al cinto una pistola automática, su verdadera arma es el látigo, que maneja con una habilidad endiablada y con el que marca a los villanos con una “S”, símbolo posiblemente de la serpiente de su pecho, aunque no se aclara en ningún momento de la colección.
En una cena de gala que da el príncipe Rama Kan, actual mandatario del país para recibir al nuevo embajador inglés, y a la que asiste Juan Waldo con su prometida, aparece El Espíritu de la Selva, siendo tiroteado por la espalda por el príncipe. Aun así, se vuelve y le marca la frente con el látigo, huyendo por una ventana seguidamente. Finalizando el segundo cuaderno: 





Cuatrocientos años antes, Rischa Kan, un noble de la corte de Vindyanapur, en una cacería, asesinó al entonces monarca Preste Juan. Antes de morir se retaron para cuatrocientos años después, y para ello dejaron clavados dos cuchillos. Pero el Preste Juan no murió, fue cuidado por una mendiga, y a partir de ese momento comenzó la leyenda. 





En el sexto cuaderno, y en los jardines del propio palacio del príncipe Rama, cae en la primera trampa increíble que nos encontramos en la colección. Tratando de huir con Mary, su prometida, aunque ella cree en esos momentos que el Espíritu ha matado a Juan Waldo, entran en un pabellón del jardín, y súbitamente el suelo cede bajo sus pies yendo a caer a un pozo donde se encuentra UN PULPO GIGANTESCO. Además, se supone que el agua debería ser salada ¿Cómo? 



Liberados del pulpo, aparece la siguiente amenaza: Yendo por la selva el embajador y su familia, son interceptados por las hordas de un bárbaro, Gurun Kan.



Ajenos a esa amenaza, el Espíritu y el príncipe acuden al lugar donde se ha de celebrar el duelo, una vez cumplidos los cuatrocientos años del desafío. Vencedor el Espíritu, recibe una flecha por la espalda de uno de los bárbaros que en ese momento atacan las ruinas donde se encuentran, siendo auxiliado por Chandra que le cura.



Después de soportar el asedio de los bárbaros a su ciudad, reta al jefe bárbaro a un duelo entre los dos, que se lleva a cabo sobre la cuerda floja y con el suelo erizado de cuchillos envenenados. Naturalmente, pierde Gurun Kan.



La primera vez que se cambia de ropa, es descubierto y un mendigo lo suplanta, creándole problemas y quebraderos de cabeza. 




Sin solucionar ese problema, raptan a Mary por orden del faquir de la gruta de la muerte, teniendo que ir a rescatarla, con los consiguientes peligros. 



Para que no se le tuerza la boca en el trono, otra amenaza aparece, esta vez de un envidioso que quiere ser más famoso que él. El Diablo Negro. 



Otro fin digno de un malvado. Emparedar vivo a un enemigo después de haberlo encadenado. Pues a pesar de eso, “el espíritu nunca muere”.



Llega otro de los clásicos en los tebeos orientales de la época. Los tungs, los estranguladores de la diosa Kali. Con su pagoda de los mil ídolos. Un día de estos tengo que hacer recopilación de todas las veces que los he leído, y con qué héroe. 



Como no podía ser de otra manera, también tenía previsto el Gran Tung una trampa para el Espíritu digna del rival: un cubículo de piedra donde entra agua por un boquete superior hasta llenarse por completo y ahogarlos. Pero ni por esas. El Espíritu se las sabe todas. Había estudiado en Inglaterra. 



Por fin se va a celebrar la boda. Con un derroche de imaginación y fantasía, tanto guionista como dibujante realizan dos páginas que ya las hubiera querido cualquier revista femenina de la época. Hasta el novio se ha permitido una casaca de bonito, donde no puede faltar la pistolera, aunque sea el día de su boda, y unas condecoraciones que no sabemos dónde las ha ganado. Pero no todo puede salir bien en un tebeo de aventuras, y en la puerta de la iglesia raptan a la novia. La malvada en esta ocasión no es otra que la Reina Iris, del País de las Nieves, que está despechada porque el Espíritu denegó una invitación de ella. 





Para arreglar las cosas en ese país, trata de rescatar a Sarko, un pretendiente de la Reina Iris, que había sido lanzado a la sima de la muerte. Allá que va el Espíritu, sin saber que ahí moran LOS NAGAS, CORTADORES DE CABEZAS.  



De regreso a su ciudad, un mensajero que trata de hacerle llegar un recado de su amigo Carter, militar inglés, muere por un arma con la punta emponzoñada. Chandra le dice que eso es obra del Rajá Cobra ¡Esto es un sin vivir! 




Apenas se ha librado de la amenaza del Cobra cuando, en un descanso en la selva, Arasvati es raptada por los gondos, que la llevan a la montaña de fuego. 




No cuentan con la astucia del Espíritu para resolver problemas.
Pero un nuevo peligro se cierne sobre el país, el terrible Alí Majad. Y lo fácil que era excavar en la roca de la montaña para construir un túnel que condujese hasta el palacio del maloso, y que por medio de ingeniosas palancas y presión en ciertas losas del muro, se abrieran y cerraran puertas secretas.



Como nos faltaba el toque colonial, con la excusa de que se ha desmandado Alí Majad, el ejército inglés, y un despectivo general, invade el país, pero como es rechazado por las tropas indígenas, aparece el consabido traidor: Charriar. 


El traidor Charriar en el trono, apoyado por los ingleses, y el Espíritu prisionero es conducido a un tren para ser trasladado fuera del país, pasando por calles cubiertas de pasquines. 


Liberado por las guerrillas, y tratando de liberar también a su prometida, atrapada por el usurpador, es sorprendido en la selva POR UN SIMIO GIGANTESCO



Solucionado el problema con los ingleses y el usurpador del trono, comienza a reconstruir su reino, y en una pausa recoge a su prometida y se casan por fin


Durante su viaje de bodas en barco, y como parece gafe, son atacados por piratas malayos.




Después de peripecias en el barco, y de naufragar, sigue a los piratas por la selva, que llevan consigo a su mujer


Una vez liberada, siguen su viaje de bodas por una ciudad oriental, apareciendo la amenaza de “El Dragón Rojo”


Otro villano que rapta a su esposa (por enésima vez), en esta ocasión para obligarle a robar para él, aunque tiene que fingir que roba una joya a un Buda para conseguirlo. 





Resuelta la aventura, siguen viajando, esta vez en avión hasta Nueva Delhí, y en pleno vuelo el avión es secuestrado por mercaderes de esclavos.


Esta vez, para rescatar a su esposa tiene que enfrentarse a los árabes en el desierto, y después seguir su pista hasta la ciudad del rey Kandaar 



Vemos en la primera viñeta a toda página de la colección cómo el cobarde Kandaar se escuda en una pobre mujer indefensa atada a un madero, y él con un hacha dispuesto a cortar las cuerdas para que caiga al vacío (una secuencia muy original). 



Pero sabemos que en estas historietas cambian las tornas, y en otra magistral página con sólo dos viñetas, se resuelva la contienda a favor del Espíritu de la Selva. 


Volviendo a casa, a través de la selva, pasan por una aldea donde ven a sus habitantes atemorizados por el “espíritu maligno” que dicen que cada noche se lleva a uno de los suyos y lo deja sin vida en la selva. El Espíritu comprueba que son fieras dominadas por un jorobado.



Y es Mary la que esta vez, para ser la última aventura de la colección, desarma al villano de su “arma”, en este caso de la flauta que dominaba a las fieras.



Y por fin regresan a su palacio para que acabe la colección al finalizar el cuaderno número 90.


EN RESUMEN: Este joven, hijo de un campesino, que lo había enviado a Inglaterra a estudiar (no sabemos qué), se enfrenta al volver a su país a la muerte de su padre, y a renglón seguido, sin entrenamiento ni libro de instrucciones, se enfunda un traje que hicieron a medida para él. Además:

-          Se enfrenta a un pulpo gigante, que no se sabe de dónde ha salido.
-          Lucha a muerte con un puñal contra el Príncipe Rama.
-          Se enfrenta a tigres y serpientes.
-          Lucha a espada en combate singular en la cuerda floja contra Gurun Kan.
-          Se escapa de un emparedamiento, estando encadenado.
-          Se escapa del aljibe cerrado estando lleno de agua.
-          Derrota a los Tungs, estranguladores de la diosa Kali.
-          Burla a los cortadores de cabezas.
-          Se escapa de una cueva llena de monos gigantes.
-          Sale vivo del desierto sin recursos.
-          Domina el látigo a la perfección.
-          Domina todos los idiomas y dialectos de los países y lugares por donde pasa.


Cierto es que no éramos muy exigentes, pero, y a pesar de que esta es una de las colecciones a las que más aprecio tengo, las comparaciones son odiosas con ejemplares de la misma época del personaje americano citado al inicio de la página y nuestro héroe nacional. A pesar de todo, es agradable la revisión de estas colecciones que nos dejaban todas las semanas con el suspense del Continuará… 

En mi biblioteca se encuentra encuadernado en dos tomos, obra de un buen artesano de la época que a la vez era barbero. Pero para los que sientan el cosquilleo de su lectura, aquí, en la mula lo tienen a su disposición:
http://lamansion-crg.net/forum/index.php?showtopic=32475




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